Visita al Gran Teatro Falla
Siguiendo con las investigaciones y recopilación de información, que estamos efectuando para la realización del diagnóstico del Teatro Lope de Vega. Lucía e Inma concertaron una cita, el 26 de abril, con Rosa Martínez gestora en el Gran Teatro Falla en Cádiz. Esta entrevista nos facilita una mirada a la gestión que se realiza en otro teatro de capital de provincia y titularidad municipal.
Comenzamos la recopilación de datos con una información básica como el organigrama, para obtener una imagen de cómo se distribuyen las tareas que allí se necesitan para funcionar.
Coordinador (gestiona la sección de teatros de Cádiz)
Administración Programación-Contratación Técnicos
1 Técnico de gestión 1 Técnico cultural 1 Coordinador técnico
1 Técnico cultural Jefe de electricidad
1 Aux. administrativo Jefe de tramoya
2 Tramoyistas
Así como un taquillero y dos conserjes.
También existen otros trabajadores dentro del teatro pero ya no serían funcionarios. Estos dependen de una empresa de servicios a la cual se ha adjudicado la seguridad, la limpieza o el bar.
Tema de gran interés es el de los presupuestos. El ayuntamiento adjudica un presupuesto anual, y a esta partida de dinero se sumaría la recaudación de taquilla. Estas dos cantidades conforman la cantidad final que dispondrá el teatro para la contratación de espectáculos, la diversa publicidad.
El Teatro Falla es un recinto acondicionado con los medios necesarios para representar los espectáculos que allí se dan cita. Y como se observa en el organigrama, este teatro posee técnicos preparados que junto a sus instalaciones contribuyen al buen funcionamiento en los más diversos espectáculos que allí se ofrecen.
La programación se realiza meses antes de su presentación al público. La cual conlleva una ardua tarea desde su inicio. El programador visita variados festivales, se pone en contacto con diversos gestores culturales de otras entidades y considerando la demanda del público se diseña la programación. Intentando atraer al mayor número de segmentos de la población posibles.
No obstante, para conseguir acaparar los diversos sectores de público y obtener buenos o excelentes resultados se trabaja desde hace bastante tiempo. Ya entre los años 1999 y 2000 se ejecuta un cambio radical en publicidad y programación. Eliminando la linealidad que estaba conduciendo la programación.
Puntualmente algunos espectáculos son financiados por otra entidad, como ejemplo El Monte, en esta situación el teatro facilita el sitio y la parte técnica. También de interés es “espacio abierto”, por el cual diferentes entidades pueden solicitar el espacio del teatro para realizar una actividad. El teatro les facilita un presupuesto, dónde se incluyen los técnicos y el servicio de limpieza, y si dicha entidad está de acuerdo se producirá. Siempre que sea aprobado por la Junta de Gobierno, la cual se encarga de aprobar la programación una vez se diseña.
Además, el personal del Teatro Falla no sólo es partícipe en la gestión de programación también se involucra en el diseño de la publicidad. Aún contratando una empresa para el diseño gráfico parte del personal se involucra y aporta las ideas que desembocará en el proyecto final.
Para facilitar la relación público-teatro se ofrece unos servicios de calidad. Desde algo tan básico como una representación teatral, se ha llegado a servicios derivados como la venta anticipada de entradas por una entidad bancaria. Además, de un programa como “Las Noches Clásicas” con el cual se intenta salir del propio teatro para la representación, o la realización de marca-páginas e incluso una campaña en navidad con postales con una frase tan sugerentes como “esta navidad, regala emociones regala teatro”.
Incluso se ha conseguido ofertar unos servicios complementarios. El Teatro Falla posee un mailing personalizado, que en estos momentos cuenta con unos 1.100 contactos, y los correos electrónicos que les llegan se contestan con la mayor celeridad posible.
Pero el trabajo no finaliza al término de la temporada. Es entonces cuando se realiza un balance del número de espectadores que han asistido y el grado de aceptación que ha existido. Analizando la taquilla y relacionándose, observando al público en primera persona como hace Rosa Martínez.
Tras la ingente colectividad que recorre el teatro a lo largo de la temporada se recurre a los meses de julio y agosto, que dicho teatro permanece cerrado al público, para su mantenimiento y conseguir estar a punto para la próxima temporada.
En definitiva, el encuentro de Lucía e Inma con el Gran Teatro Falla ha resultado de gran satisfacción no sólo a nivel académico sino también a nivel personal. Agradeciendo enormemente la colaboración de Rosa Martínez y Juan Delgado por la aportación de información y el trato recibido.
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